APOYO DE JULIO COBOS, A LA LISTA DE LA DEMOCRACIA CRISTIANA

Cobos vino a apoyar la lista 5 (Democracia Cristiana-radicales K) del mismo modo que su compañera de fórmula les ofreció todo su respaldo a los senadores que van por el Frente para la Victoria. El acto y las banderas provocativas remarcaron que el enfrentamiento interno en el radicalismo será intenso y que la general es un round más dentro de esa pelea. La estrategia de cada candidato, en la última semana de campaña.

"La lista 5 es la que de mejor manera representa la concertación plural" Era la frase que esperaban ansiosamente quienes lo flanqueaban durante la conferencia de prensa brindada el sábado en un salón céntrico de la ciudad de Río Grande.

Julio Cobos, candidato a vicepresidente de la Nación marcó así la cancha en lo que a su preferencia respecta. En un distrito donde cinco listas apoyan a la fórmula que integra junto a Cristina Fernández de Kirchner, el gobernador radical de Mendoza se inclinó sin eufemismos por la coalición que encabeza la demócrata cristiana (de origen justicialista) Susana Donatti, junto a un grupo de radicales K, enfrentados con la conducción partidaria, como Cobos mismo lo está con el presidente Gerardo Morales.

"Queremos agradecerle profundamente al Dr. Cobos y quienes lo acompañan por este apoyo, a él y a todos los que están hoy aquí dando este último empujón que creemos que necesitamos para llegar al éxito el próximo 28 de octubre", remarcó a su turno Susana Donatti, para quien el aval del candidato a vicepresidente significaba ponerse un escalón arriba del resto de los candidatos locales que esperaban la bendición de la fórmula oficialista. En especial, su desafío era con los senadores del Frente para la Victoria que unos días antes habían sacado provecho de la visita de Cristina.

Lo cierto es que la visita del candidato a vicepresidente -más allá de que consolidó el proyecto de la Democracia Cristiana como el inicio de un nuevo partido con posibilidades en el devastado mapa político fueguino- vino a echar nafta al fuego de la interna radical que levantó llamaradas, con comunicados cruzados y amenazas de recrudecimiento y avanzadas belicosas apenas pasadas las elecciones. Un comicio, además, donde las boletas de unos y otros se encontrarán juntas en las mesas en el cuarto oscuro, protagonizando una pelea aparte dentro de la elección general donde tanto "radicales puros" y "radicales K" sostienen intactas sus ilusiones de alcanzar a ganar una banca.